domingo, 8 de abril de 2012

Lorenzo.



Mi padre solía decir que no hay que fiarse de los pájaros. Son sucios, y traen enfermedades. A él no le gustaban ni libres ni en jaulas. Pensaba que enjaularlos es peor. No le gustaban los pájaros, pero decía que cada cosa es lo que es; tal vez sea cierto.
Yo no soy un pájaro, pero puede que él sí. Le pregunte a dónde iba, si pensaba volver; y me dijo qe no lo sabía. Mintió.
Mientras hablabamos recordé la soledad. La niebla terrible qe te envuelve.
Solamente una vez sentí esa soledad. Tenia seis años y me quedé encerrada en el granero. Un granero sucio y desatendido que estaba a unos metros de mi casa. No sé cuanto tiempo pasó, pero me prometí que nunca más lo sentiría.
Se llevaba sus cosas, y entonces lo ví.
No va a volver.

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